El rol del docente dentro del plantel educativo sigue siendo una incógnita para muchas personas, no porque se desconozca su función, sino por la forma en que cada uno de los pedagogos suelen actuar. Es común visualizar dentro del ámbito escolar, un conjunto de alumnos que suelen intervenir consta mente, y otro, que en muchas ocasiones suele ser más grande a nivel de cantidad, donde sus integrantes son más lentos y casi no tienen participación. Por lo tanto, aquellos estudiantes que tiene altas expectativas tienden a recibir elogios, mientras que el resto es abarrotado por la crítica, lo que a largo plazo genera una baja motivación.

Philippe Mierieu escribió un libro llamado: ‘Frankenstein educador’, donde se plasma un análisis sobre como una persona, en su labor de docente, se ha limitado únicamente a transmitir conocimientos, sin tomar en cuenta una variabilidad de ideas que encierran la palabra de ‘educación’. Este concepto está enmarcado en una reflexión constante, de forma que el maestro pueda reinventarse según el contexto, tomando en cuenta el proceso educativo que implicará la relación entre los seres humanos, en base a la posibilidad y determinación de su desarrollo.

Asimismo, Meiru también ha hecho referencia al papel del alumno y del maestro, además de la relación que existe entre el grupo dentro del ámbito educativo. Ha cuestionado la educación como proyecto de control del destino de los sujetos. Por lo que, decidió plantear un conjunto de claves que serán fundamentales para cambiar el rol del docente dentro del aula:

  • Mantener una evaluación formativa que sea la estrategia que permita mejorar el aprendizaje de los alumnos.
  • Tomar en cuenta su posición de pedagogo, de forma que los estudiantes puedan comprender y generar aprendizajes relevantes a la cotidianidad.
  • Mantener una relación ilógica con los estudiantes, evitando a toda costa comportamientos autoritarios y robotizados.
  • Ser de guía permanente para conducir al estudiante de una óptima educación.

Estonia es uno de los países más modernos de Europa, caracterizado por permitir la votación online, con el internet garantizado en la constitución y, además, ser el precursor de Skype. Siendo también, una de sus más relevantes características, el sistema educativo que se basa en los siguientes pilares:

Mantienen la igualdad de oportunidades. La procedencia socioeconómica no influye en el acceso de los estudios. Los alumnos tienen que tener acceso obligatorio a la educación. Bajo este aspecto, ha logrado ser uno de los países con menor índice de malos resultados, a pesar de que, en contra partida, también se caracteriza por ser uno de los países con menos estudiantes de alto nivel. Asimismo, las comidas escolares son gratuitas, hay ayuda para niños con necesidades especiales y escuelas rurales.

Sobresale la relevancia de las lenguas: El estonio es una lengua muy ardua de aprender, los niños aprenden a dominarla antes de establecerse en la primaria y le da importancia a través de un conjunto de etapas educativas. De esta forma, en la universidad la carrera puede llevarse de forma gratuita en caso de que se haga en lengua estonia. Por otro lado, en secundaria muchos estudiantes estudian más de 3 lenguas extrajeras.

El profesorado dispone de mucha libertad en relación a la metodología y contenido. A pesar de que los docentes no son bien pagados, sí son muy valorados, y tienen acceso a prácticas innovadoras a través de una formación continua y enfocada.

Hay una elevada estabilidad legislativa, además de que se establecen los objetivos generales con plazos para su alcance, son los profesores quienes trazan las estrategias para llegar a ellos.

Estonia se caracteriza por ser el Silicón Valley de Europa, y a pesar de contar con pocos recursos, tiene una educación muy tecnológica. Suele incluir la programación desde los principales años de escolarización, la creación de material didáctico a través de los entornos virtuales, además del equipamiento robótico gracias al Lego Mindstorms, debido que con esto se planea despertar la curiosidad científica en los estudiantes.

¿Te gustaría conocer cuál es el mejor método pedagógico para el aprendizaje cooperativo en los niños? En las próximas líneas te plantearemos la respuesta.

El método Montessori es un excelente ejemplo de la educación a través de la cooperación, donde se imparte la premisa de que la única competencia que debemos tener es con nosotros mismos, ya que esto nos ayudará a mejorar diariamente, pero sin fomentar la competencia con el resto.

Es una escuela Montessori, se evita que los niños trabajen en la misma actividad bajo el mismo periodo de tiempo, cada participante trabaja con distintos materiales según el ritmo que estipulen, de modo que no se rebajarán al ámbito comparativo, determinando quién termina más rápido o quién lo hace de mejor calidad. Al trabajar en una actividad tiende a hacerlo en equipo, lo que significa que, en lugar de competir, terminan colaborando entre sí.

Asimismo, bajo este método no existen notas o calificaciones, la evaluación es continua y está centrada en lo que el niño dispone para trabajar, de forma que no se les proporciona un boletín a través del cual puedan compararse con sus compañeros.

Esto ha hecho que el método Montessori se convierta en la alternativa más viable para educar. Aunque, es imprescindible destacar que hay personas que tienen la creencia errónea de que es necesario educar en base a la competitividad, de forma que así se preparará al alumno para un mundo donde tendrá que competir para lograr el éxito social. Este estigma está basado en el hecho de que se cree popularmente que el éxito es tener más que el resto, sin embargo, este es un puente directo al vacío existencial e infelicidad.

Pero, en caso que consideremos que tener éxito en la vida es percibir que formamos parte de algo superior, enseñaremos a los niños a trabajar bajo un espíritu cooperativo.

En la actualidad, la interacción con herramientas tecnológicas hace que se deje de lado los aspectos más relevantes dela vida, como en el caso de la lectura, ya que el tiempo suele ser ocupado con internet, celulares, videojuegos y la televisión, e modo que los libros son más apartados de la rutina diaria.

Esto ha ocasionado que muchas personas pierdan la importancia en la lectura, principalmente cuando el hábito no ha sido creado desde temprana edad, y mayor aún, cuando no se enseña con el ejemplo, debido que el hábito de la lectura inicia desde casa.

La frase de: ‘la práctica hace al maestro’, no es irrelevante a las personas que leen frecuentemente, ya que mientras más leen, mayor es el desarrollo de esta destreza, de forma que pueda aumentar el nivel de los conocimientos y habilidad comunicativa, ocasionando que los seres humanos sean cada vez más comunicativos.

La lectura se considera como parte fundamental de la formación integral de las personas. Mediante la práctica se puede destinar la mente a enfoques más realísticos, desarrollado destrezas en la adquisición de un conjunto de saberes, transformando la forma en la que pueda comprenderse el mundo.

El hábito de la lectura debe inculcarse desde temprana edad, incluyendo ates de nacer, debido que mediante esto se aportará conocimiento y construcción de las diferentes realidades. Una de las formas de transmitir el gusto por la lectura es cuando se lee en voz alta, siendo la estrategia más relevante que puede emplear un docente dentro del aula.

Mafalda, uno de los personajes caricaturescos más relevantes, llegó a afirmar: ‘Vivir sin leer es peligroso; ya que esto te obliga a creer lo que otros digan’. Un lema no lejos de la realidad, ya que la carencia de lectura nos coloca en una posición de vulnerabilidad frente al mundo.