Albert Einstein llegó a decir ‘En el momento que dejas de aprender, comienzas a morir’. Una afirmación, sin duda, muy ajustada a la realidad.

La formación continua, también conocida bajo el nombre de lifelong learning, es imprescindible en el ámbito cotidiano. En la antigüedad podíamos aprender un oficio que tendría una duración muy longeva, llegando al punto de ser útil hasta la jubilación, donde el cambio y la innovación no tendrían cabida. Sin embargo, en la actualidad, dejar de aprender, es morir, ya que en un mundo donde todo cambia tan fugazmente, la única forma de no perecer es asumiendo el riesgo de la innovación.

En el ámbito pedagógico es imprescindible que se aprendan diversas técnicas de educación. Disponemos de una variabilidad de opciones: cursos presenciales, formación online, sesiones informales donde se pueden compartir las experiencias, másteres de innovación educativa y webinars.

Ya que la innovación, desde cierta perspectiva, no es hacer cosas nuevas, sino que es plantearse que podemos hacer mejoren la práctica diaria. Sieno la mejor forma de practicarlo a través de la formación complementaria de los estudios iniciales.

Existe distintos tipos de forma de gestionar los contenidos y llevarlos al aula. No es correcto hacer las cosas cerradamente, de una forma tradicional. Los docentes hoy en día se interesan en el uso de dispositivos móviles dentro del aula, en el aprendizaje centrado en proyectos y en inconvenientes, en el desing thinkig, en el visual thinking, además de los aprendizajes colaborativos y cooperativos. Es imprescindible que acompañemos a los alumnos en la labor de aprendizaje y enseñanza, ya que los conocimientos deberán ser construidos en base a las características individuales de los alumnos. El compromiso del docente bajo esta circunstancia, hablará mucho de su capacidad adaptativa frente a los requerimientos escolares, lo que será, a su vez, un factor motivacional al alumnado.

¿Te gustaría conocer cuáles son las actitudes que te ayudará a promover la lectura en el aula? ¡Te invitamos a leer este artículo para que comprendas las posibilidades que posees!

Los niños de hoy en día se encuentran rodeados de informaciones y estímulos que logran dificultar su concentración y atención. En muchas ocasiones, estos se deben a la escuela. Por lo que, el deber del docente es que los estudiantes estén interesados por el contenido académico.

Hay algunos factores, externos e internos, que establecen la atención. Sin embargo, estos pueden palearse a través de un conjunto de actividades que te ayudará a mejorar la concentración.

Madalas: Está enfocaos en la relajación, estos son recursos idóneos para manejar la atención. Solamente con colorear, la persona se sentirá estimula a alcanzar estados de calma y poder mejorar su capacidad emocional.

Pasatiempos: Los sudokus, sopas de letras, crucigramas, laberintos o diferencias, son excelentes actividades mediante las que puedes trabajar la atención.

Lectura de los libros: Los libros de busca y encuentra tienen la capacidad de ocupar las horas de las niñas y niños. Mediante una buena novela puedes desarrollar la atención selectiva, es decir, lograrás evadir de estímulos externos con la intensión de concentrarte en la historia que cuenta el libro.

Papiroflexia u origami: Su finalidad es doblar el papel con el objetivo de adquirir distintas figuras. Proporciona una variabilidad de beneficios, entre las que se encuentra el fomento de la memoria, concentración, creatividad y coordinación.

Mindfulness: Solo con practicar pocos minutos de esta técnica de relajación se logrará despejar la mente y ayudará a que los alumnos se concentren en las tareas que deben realizar.

Juegos de mesa: Estos juegos tienen la capacidad de trabajar la atención. Algunos como los rompecabezas o el ajedrez, necesitan más capacidad de atención que memoria, aunque también de análisis y lógica.

En la actualidad suelen usarse estrategias cooperativas con la intensión de promover el trabajo grupal y disminuir la competitividad. Sin embargo, en muchos casos las alumnas y alumnos llegan a distribuir las tareas para efectuarlas de forma individual, tanto dentro como fuera del plantel educativo, entregando el trabajo luego de juntar todas las partes en cuestión. Esto puede ser presenciado de distintas maneras, en algunos casos positivo, en otros, negativo. Lo cierto es que en este artículo plantearemos una opinión concreta.

La palabra cooperar significa ‘obrar bajo una misma finalidad’. Tomando en cuenta esta prerrogativa, se puede considerar que el trabajo cooperativo es un proceso que implica la organización de la clase en pequeños y heterogéneos grupos donde los alumnos podrán trabajar de forma unánime para profundizar en el aprendizaje bajo la resolución de las actividades académicas.

Esta aula está basada en las teorías de personajes como Vygotsy, quien ha presentado la teoría sociocultural, o bien, la teoría de la interdependencia positiva de los hermanos Johnson, la teoría genética de Piaget, la teoría de inteligencias múltiples de Howard, la psicología humanista de Rogers o el aprendizaje significativo de Ausubel.

Basándonos en los referentes de literatura educativa previamente mencionados, se puede determinar que las características concernientes al aprendizaje educativo, se determinan por el rol del docente, quien deberá proporcionar espacios de cooperación, repartiendo roles, estructurando los trabajos y los grupos, además de las tareas que deberán de efectuarse bajo un objetivo común. Luego que los alumnos se encuentren distribuidos en determinadas tareas y roles, el docente deberá serla guía, ya que está en la obligación de proporcionar apoyo y ayuda a los alumnos cuando esto sea imprescindibles.

Los grupos deberán ser heterogéneos. Esto significa, que el docente debe escogerlos en base al nivel de rendimiento y la capacidad de las personas, además de las necesidades educativas especiales con la finalidad de que sean complementados mutuamente.

El error es caracterizado popularmente, por parte de los estudiantes, como algo negativo, ocasionando que el hecho de cometer una equivocación pueda ser visto como algo mortal. Sin embargo, no hay nada más alejado de la realidad ya que mediante los errores los niños pueden aprender, además de reconocer que existen situaciones o acciones que son impredecibles, las cuales no puede evitar que ocurra. Por eso, el error debe ser caracterizado como una puerta de aprendizaje.

Jean Pierre Astolfi, llegó a afirmar en el 2000: ‘únicamente dejan de equivocarse aquellos que no hacen nada’. La cotidianidad de los seres humanos se encuentra llena de errores. Las personas se equivocan diariamente, pero cada error encierra un aprendizaje.

Los errores en las instituciones educativas son fuentes de estrés, angustia y en muchos casos, de violencia. En muchas ocasiones se pide a un alumno que pase al tablero, y únicamente con el tono de voz usado, ocasionamos que el estudiante pierda la resolución al problema, debido a que el temor puede provocarle miedo a cometer errores. Por otro lado, una de las mayores contiendas es pretender que los grupos correspondan al número uno, que tengan mejor desempeño sin cometer ningún error.

El error debe caracterizarse como una forma de acceder al crecimiento. Neus Sanmartí, autor del libro ‘El error en el proceso de enseñanza’, indica que la percepción el error debe ser estimulado mediante un clima del aula que no sea amenazador, donde no exista el sentimiento de culpa o el castigo por todo lo que se ha cometido.

Por lo que, existe un desafío para el sector escolar respecto a la metodología y didáctica, ya que se debe aprender a usar el error de los estudiantes como materia prima para el desarrollo estudiantil. Para esto es requerido que el docente asuma una postura de instructor consecuente a los errores del estudiante.